Los faros neblineros son elementos en vías de extinción

Actualidad ene. 23, 2023

En el proceso evolutivo de la industria automovilística, algunos elementos se incorporan a los nuevos vehículos, mientras que otros desaparecen. Este último caso ya involucra a los faros neblineros, cuya utilidad es cuestionada por fabricantes de vehículos y por organismos de regulación de Europa y Estados Unidos.

En países en vías de desarrollo como Ecuador, los faros neblineros nunca han sido obligatorios para la venta de autos nuevos. De hecho, han sido considerados aditamentos adicionales, presentes en las versiones mejor equipadas de un determinado modelo u ofrecidos como accesorios.

El argumento para incluirlos era mejorar la visibilidad en condiciones adversas como neblina, lluvia o las dos cosas juntas. Esto se logra porque al estar colocados más cerca del piso alumbran mejor las señalizaciones en el pavimento como la división de carriles o los llamados ‘ojos de gato’, para así reducir el riesgo de salirse del camino.

Al igual que los faros principales, los faros de niebla todavía utilizan luces halógenas, que no resultan tan eficaces para alumbrar con claridad y precisión distancias amplias. Sin embargo, el desarrollo de las tecnologías de iluminación y la reducción de costos de las luces LED han permitido que estos faros se equipen en modelos asequibles, y no solo en los de gama alta.

La proliferación de los faros LED trajo consigo la tendencia a perder los faros neblineros, pues su mayor potencia y capacidad de focalización del haz brindan una mejor iluminación en cualquier condición. Además, la posibilidad de regular la altura de las luces permite modificar el área que iluminan para cubrir las zonas que abarcarían los faros de niebla.

Por este motivo, en algunos países con normas de homologación estrictas, los faros neblineros frontales han dejado de ser equipo obligatorio.

Una mención aparte merecen los faros neblineros posteriores. Su función es alertar de nuestra presencia a quienes van detrás de nosotros, y cada vez más modelos los equipan. Eso sí, pueden ser un arma de doble filo si no se usan adecuadamente. Hacerlo sin las condiciones adversas que justifiquen su activación puede distraer o hasta encandilar a otros conductores.

Fernando Robayo

Licenciado en Comunicación Social. Periodista especializado en el sector automotor desde el 2004. Apasionado por los motores montados en vehículos de dos y cuatro ruedas.

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