Crossland: el representante de Opel entre los SUV compactos
El competitivo segmento de los SUV compactos no para de crecer. Hace prácticamente dos meses, a su ya amplia oferta se sumó un nuevo ejemplar que se destaca de la competencia tanto por su origen como por sus características: el Opel Crossland.
Se trata de uno de los cinco modelos que componen la oferta inicial de la recién llegada marca alemana en el país, y que también es su ejemplar de acceso a los utilitarios deportivos. El Crossland se fabrica en España y llega precedido por la gran reputación de calidad y confiabilidad de la marca, en los mercados donde tiene una amplia trayectoria.
En cuando al diseño, el Crossland presenta unas líneas modernas y refinadas que evidencian el toque francés aportado por el Grupo PSA (hoy parte del conglomerado Stellantis), que adquirió la marca hace cuatro años. No obstante, conserva un estilo propio para realzar su origen alemán y diferenciarse de sus “hermanos” galos Peugeot 2008 y Citroën C3 Aircross.
Su estilo sobrio se aprecia en una mascarilla horizontal cerrada, como en los vehículos eléctricos, que en el centro aloja el isotipo de la marca y en cuyos extremos se ubican unos faros no demasiado estilizados ni de un tamaño demasiado grande. Más abajo, una gran toma de aire con forma de trapecio y dos molduras verticales a los costados que contienen a los faros neblineros son los elementos más sobresalientes del frontal.
En los laterales el vehículo se caracteriza por unas líneas limpias, una línea de cintura ascendente, por las protecciones plásticas de los guardafangos y las partes inferiores de las puertas y por un pilar D ensanchado por la forma como cae el techo hacia atrás. Además, luce muy compacto a pesar de que sus 4,21 metros de longitud no lo ubican entre los modelos más pequeños del segmento.
En la parte posterior el diseño y la altura le confieren una apariencia estrecha, a lo cual contribuyen unos grupos ópticos situados inmediatamente debajo del parabrisas trasero, que se dividen cuando se abre el portón.
La habitabilidad no es el mayor atributo del interior, pero el espacio es suficiente para cuatro ocupantes adultos. El diseño combina estilos clásico y vanguardista, mientras que los materiales utilizados son acordes con el segmento y se perciben bien armados.
La mecánica del Opel Crossland está pensada para un uso eminentemente urbano, pues bajo el capó lleva un motor tricilíndrico y turboalimentado de 1.2 litros, capaz de entregar 110 caballos de potencia a 5.500 revoluciones por minuto y 205 Nm de torque a partir de las 1.500 rpm.
A pesar de que en los papeles esta última cifra suena contundente y podría sugerir una respuesta de aceleración muy ágil, el comportamiento del Crossland es más bien equilibrado y está orientado a la eficiencia y a la reducción del consumo de combustible. A ello contribuye la gestión de una caja automática de seis velocidades con desarrollos largos.
Uno de los aspectos más destacados del Opel Crossland es el del equipamiento en materia de seguridad y confort. De serie incorpora frenos ABS con repartidor electrónico de frenado (REF), control de estabilidad, alertas de conductor somnoliento y de cambio involuntario de carril, sensores de parqueo posteriores, monitor de presión de neumáticos, seis airbags, luces y limpiaparabrisas automáticos, control de crucero y limitador de velocidad, radio con pantalla táctil de 7 pulgadas compatible con Apple CarPlay y Andrid Auto y aire acondicionado con filtro de partículas y olores.
La variante Elegance (tope de gama) añade aros de aleación de 17 pulgadas, cámara de retro, alerta de puntos ciegos, sensores de parqueo delanteros, climatizador automático de doble zona y apertura de puertas sin llave y encendido por botón, entre otros elementos.
El Opel Crossland está disponible en los concesionarios de la marca en Quito y Guayaquil a partir de USD 27.490.