Contingencias: Riesgos frente al volante
Los riesgos que enfrenta un conductor son inevitables, mas no ineludibles. Algunos dependen de su control y compromiso con la seguridad vial. Otros, en cambio, de la seguridad ciudadana y los límites impuestos por el marco familiar.
El auto prestado. Fiesta, alcohol, embriaguez, accidente. Carretera, sobre velocidad, exaltación, accidente. Semáforo en verde, mensaje de texto, distracción, accidente.
En el 2012, la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito fue de 1. 3 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El mismo año, 330 jóvenes murieron cada día por las lesiones provocadas en accidentes viales. Atención: lesiones que son prevenibles.
La pericia de un conductor desenvuelto se adquiere con la experiencia, sin duda. Pero, entregar las llaves del automóvil a terceros también puede conllevar riesgos con consecuencias irreversibles.
De acuerdo con la misma fuente, las lesiones ocasionadas por accidentes automovilísticos son la principal causa de muerte entre personas de 15 y 29 años. Las tragedias, sin embargo, no afectan únicamente a los conductores. Los peatones y otros usuarios de la vía pública constituyen “la mitad de las personas que mueren por esta causa en todo el mundo”, indica un comunicado de la OMS.
Los agravantes: el «tercer mundo» – y/o la situación socio económica- y el sexo. El mismo informe resalta que “más del 90% de las muertes causadas por accidentes de tránsito se producen en los países de ingresos bajos y medianos”, a pesar de concentrar, entre todos, la mitad de los autos del mundo. Aún, en países de economías sólidas, los estratos más desfavorecidos enfrentan una mayor probabilidad de sufrir un accidente vial.
Y, también, los hombres. Increíble o inverosímil, los varones menores a 30 años de edad enfrentan el triple de posibilidades de morir por un accidente de tránsito, según la OMS.
Riesgos frente al volante
La distracción
Las distracciones son innumerables y casi inevitables. Los transeúntes, el tráfico, las preocupaciones, la radio y sobre todo el celular. Otro reporte de la OMS indica que en la actualidad se registra un aumento significativo de descuidos frente el volante por el teléfono móvil.
Constantemente anuncia las notificaciones del Facebook, los mensajes de Whatsapp, las actualizaciones de los amigos en redes sociales, las llamadas, etc. Una simple ojeada aumenta cuatro veces las probabilidades de involucrarse en un accidente. Cuatro veces. Y los jóvenes, eterna generación de millenials, se exponen todavía más a los efectos de este riesgo.
Una encuesta realizada a conductores entre 21 y 26 años, por el Centro de Investigación Nacional de Reporte al Consumidor de Estados Unidos en el 2012, revela que alrededor del 30% escribió mensajes de texto mientras manejaba; casi la mitad habló por teléfono; y 7% vio redes sociales. Sin embargo, cerca del 80% de ellos lo consideró como un acto arriesgado. En otras palabras: la consciencia de la imprudencia.
La embriaguez
Evidentemente, el alcohol y el volante son una mala combinación -obviedad pasada por alto con más frecuencia de lo imaginado-. El riesgo de verse involucrado en un accidente de tránsito aumenta considerablemente cuando la alcoholemia pasa de los 0,04 g/dl. Entre los adultos, “los conductores jóvenes con una alcoholemia de 0,05 g/dl tienen el doble de probabilidades de sufrir un accidente de tránsito que conductores con más experiencia”, reporta el Informe mundial sobre seguridad vial (2013) de la Organización Mundial de la Salud.
El test de alcoholemia, que mide la concentración de alcohol en la sangre, arroja resultados diferentes dependiendo de variables puntuales. El sexo, la talla, el peso, el metabolismo, por ejemplo. Pero, las cantidades recomendadas no difieren abismalmente entre sí.
La exaltación
La velocidad per sé, o aún peor, sumada a todos los factores anteriores, incrementa significativamente la probabilidad de un accidente y la gravedad de sus efectos. El exceso de velocidad merma el tiempo y la capacidad de reacción. Un escenario que congrega un teléfono, alcohol, velocidad y conductor primerizo y/o distraído equivalen a una tragedia.
Estos factores, sin embargo, dependen exclusivamente del conductor, quien puede prevenir un accidente con consecuencias fatales. Pero, salir a la calle conlleva otros riesgos que escapan de su control. La delincuencia y la seguridad ciudadana son otros riesgos que enfrentan todos los usuarios de la vía pública. Los asaltos, robos y secuestros son una realidad. ¿Cómo mitigar los peligros de la ciudad?; ¿cómo pueden los conductores evitar accidentes que dependen de ellos?; y, sobre todo, ¿Cómo puede supervisar la gente si presta su vehículo?
Coméntanos tus opiniones.